Profesora Elisa Ansoleaga lidera programa de Apoyo Psicosocial a personal de salud en la zona de catástrofe por los incendios en V Región

El proyecto solicitado por el Ministerio de Salud de Chile a la profesora Ansoleaga, como investigadora del Programa de Estudios Psicosociales del Trabajo (PEPET) UDP, y financiado por la Organización Panamericana de Salud, tiene el fin de ejecutar un programa de protección de la salud mental de los funcionarios de salud en situaciones de emergencias y desastres.

“Chile es un país fuertemente impactado por desastres socionaturales. Los incendios, como el vivido en la provincia de Valparaíso durante febrero, causan graves sufrimientos psicológicos con el consiguiente aumento en la manifestación de emociones como la aflicción, el miedo y la desesperanza. La experiencia y la investigación a nivel mundial nos permiten hoy conocer los mecanismos tras los efectos psicológicos de los desastres y por tanto las formas de prevenirlos o mitigarlos. Los funcionarios de salud, en tanto equipos de primera respuesta ante situaciones de catástrofes, son vulnerables al estrés y tienen un alto riesgo de ser afectados a nivel psíquico y emocional producto de la serie de situaciones estresantes en que se realiza el trabajo. Además, muchos funcionarios de salud en las zonas afectadas, también han sido damnificados o víctimas directas de la catástrofe”, describió Elisa Ansoleaga.

La Facultad de Psicología UDP, teniendo como uno de sus lineamientos estratégicos la preocupación constante por los problemas del país, se sumó a este programa. “Se trata de una acción de vinculación con la sociedad a través de la cual se refrenda el compromiso de la Facultad de Psicología UDP con los problemas del país y, al mismo tiempo, se evidencia nuestra contribución técnica/académica”, comentaron desde Psicología UDP.

“Como Facultad tenemos una larga experiencia en materia de protección de la salud mental relacionada con el trabajo, en particular a partir del 2010 con el terremoto y tsunami iniciamos programas de acompañamiento y apoyo para trabajadores de la salud”, comentó Elisa Ansoleaga, “también estuvimos en Atacama en 2015 para los aluviones de Copiapó, luego estuvimos para el terremoto de 2016 en Combarbalá, Coquimbo. Toda esta experiencia acumulada permitió que durante la pandemia creáramos el programa Acción Salud UDP, mediante el cual, durante dos años, realizamos un conjunto de acciones para la protección de la salud psicológica de los trabajadores sanitarios. Estas experiencias previas son las que avalan nuestra capacidad técnica para llevar adelante acciones como las que estamos desplegando”, agregó la académica UDP. 

“Este programa ya inició y la verdad es que es realmente impresionante ver en terreno, en directo, cómo los y las trabajadoras de la salud –con un fuerte compromiso y vocación pública– se han mantenido trabajando en jornadas extenuantes, con escasez de recursos para poder dar respuesta a las necesidades de la población. Estos trabajadores están especialmente afectados, puesto que ellos mismos son parte de la comunidad en la cual ocurrió la catástrofe. Algunos de ellos o sus familiares son afectados directos y hay una carga emocional muy grande derivada de la magnitud de lo que se vivió. Siempre ocurre en las catástrofes que hay necesidades gigantescas y urgentes y capacidades y recursos que no alcanzan a llegar ni tan rápido o a veces la cantidad no es suficiente”, señaló la encargada del programa.

“Estamos muy contentos de poder contribuir con esta iniciativa”, enfatiza la profesora. “Cada vez que hemos desplegado nuestras capacidades en acciones de apoyo a las y los trabajadores de la salud, hemos podido recuperar y expresar nuestro sentido de comunidad, porque los profesionales que participan son equipos de la Facultad compuestos por egresados y por profesoras/es de la Escuela. En esta oportunidad participan además estudiantes del Doctorado y algunos ayudantes recién titulados. Hay un sentido de comunidad UDP puesta al servicio de una tarea de gran relevancia social como es la protección de la salud mental de los trabajadores de la salud pública en situaciones de catástrofes y emergencias”, concluye.