Investigaciones de punta en psicoterapia y suicidio

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09 / 11 / 2015

En 5 años, varios proyectos adjudicados en fondos competitivos avalan el compromiso y calidad investigativa del profesor Claudio Martínez en dos relevantes áreas para la Psicología en Chile y el mundo. Actualmente trabaja en proyecto Fonis sobre Suicidio y Adolescentes LGBT.

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Dr. Claudio Martínez, académico UDP, y Dra. Alemka Tomicic, investigadora adjunta Facultad de Psicología UDP

Claudio Martínez es Doctor en Psicología y Magíster en Psicología Clínica de la P. Universidad Católica de Chile y desde 2010 es profesor jornada de la Facultad. En estos 5 años, ha desarrollado investigación de punta en dos líneas. La primera, ya consolidada gracias a dos Proyectos FONDECYT (uno finalizado y una en curso) y una beca de investigación postdoctoral adjudicada a la psicóloga e investigadora adjunta de la Facultad, Alemka Tomicic, tiene como foco de estudio el proceso psicoterapéutico, en términos de la interacción paciente-terapeuta y su regulación. La segunda línea investigativa aborda el fenómeno del suicidio, más allá de sus componentes psicopatológicos y de la carga cultural negativa que éste tiene, en tanto fenómeno humano y de salud pública, considerando que su prevalencia en Chile ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos años. En esta línea, el profesor Martínez se adjudicó a finales del año pasado un Proyecto del Fondo Nacional de Investigación y Desarrollo en Salud, FONIS, en el que se desempeñan como asistentes de investigación dos egresadas UDP, Constanza Gálvez y Constanza Quiroz, quienes hace unos años hicieron su Seminario de Tesis con el profesor Martínez en el tema. Además de esta nutrida agenda de proyectos de investigación, Claudio Martínez forma parte del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad, MIDAP, un importante proyecto financiado a 10 años por fondos del Ministerio de Economía del Gobierno de Chile.

En cuanto a la primera línea de investigación en psicoterapia, le consultamos las razones que lo motivan a indagar en ella. La respuesta está, afirma Claudio, en querer “saber qué es lo que ocurre en ese espacio tan íntimo que es la psicoterapia, intentando generar un modelo para entender la terapia desde un punto de vista discursivo, centrándose en la interacción verbal y no verbal entre terapeuta y paciente.” En el mundo pareciera haber poca investigación desde este punto de vista, que incorpora elementos de la Teoría de la Dialogicidad. En efecto, la tesis de doctorado de Claudio consistió analizar dialógicamente un conjunto de 60 sesiones terapéuticas de un único caso clínico. Allí, se trabajó identificando y caracterizando aquellas posiciones subjetivas, entendidas como maneras de estar en el mundo, que toman terapeuta y paciente. Mientras que el terapeuta por lo general se posiciona desde su rol, es posible suponer que aquellas posiciones que suele tomar un paciente en sesión son relativamente frecuentes en sus relaciones con otras personas.

Tal como explica el profesor Martínez, “No siempre estamos frente al mismo paciente, en el sentido de sus posiciones subjetivas… en otras palabras, cuando aparecen conflictos en el paciente se escuchan distintos roles o voces que el paciente asume y éstas se entrelazan con las voces del terapeuta y así mutuamente se van regulando, por decirlo de alguna manera”. Cómo dichas posiciones se van articulando en la interacción, especialmente en episodios ruptura y de cambio en la psicoterapia, ha ido tomando una forma cada vez más clara para el profesor Martínez y sus colegas, de tal modo que hoy en día ellos proponen latesis de la regulación discursiva terapeuta paciente.

A partir de los casos analizados en el primer Proyecto FONDECYT titulado“Manifestaciones verbales y no verbales de la regulación mutua en episodios relevantes de psicoterapia y su relación con el proceso de cambio”, los investigadores propusieron que, por lo general, los terapeutas, formados en distintas tradiciones teóricas de la Psicología, suelen oscilar entre dos posiciones: la del profesor y la propositiva. En la primera el terapeuta opera “con interpretaciones más cerradas y tiende a hablar de verdades únicas e inapelables”, mientras que en la segunda, el mismo terapeuta “ocupa más el pronombre nosotros, propone alterativas y busca de manera más activa el diálogo con el paciente, lo que favorece también que el paciente se mueva de ciertas posiciones hacia otras,” explica el profesor Martínez. Por otra parte, se identificaron a lo menos 3 posiciones en las que suelen ubicarse los pacientes: la dependiente de tipo más infantil, la independiente de carácter más autónoma y la reflexiva que tiende aparecer cuando la terapia está más avanzada y que cumple una función de “metaposición”. Tanto en los momentos de cambio como en los de rupturas (ante lo cual puede o no haber un cese de la terapia) que luego logran una reparación del vínculo pareciera ser más importante cuando el paciente está en una posición reflexiva y el terapeuta en una pospositiva, lo que por cierto, toma su tiempo.

Hoy en día, en el marco del segundo Proyecto FONDECYT, denominado “Mentalización en procesos psicoterapéuticos con pacientes diagnosticados con trastorno de personalidad: su papel en la regulación mutua y su asociación con el cambio terapéutico”, el equipo del profesor Martínez está centrándose en observar la capacidad de mentalización en paciente borderline, donde prima el mecanismo de la disociación. Cuando ello ocurre, podríamos decir que estamos en presencia de posiciones subjetivas en el paciente que operan de manera especialmente desconectadas entre sí, lo que sería observable en las interacciones paciente-terapeuta. La capacidad de mentalización ha sido medida en los pacientes antes y después de un tratamiento psicológico, pero hasta ahora no se ha estudiado cómo ésta se da o se despliega durante el proceso y cómo ella puede verse fortalecida en la interacción terapéutica. Y ese es justamente el foco de este proyecto, dar cuenta de cómo esta capacidad, fundamental para la vida con otros, puede ser trabajada. La capacidad de mentalización se adquiere en el desarrollo y es muy relevante para las relaciones sociales. Ella nos permite “leer la mente de los otros”, así como la propia. Eventualmente, la empatía es una expresión de esta capacidad, así como lo es la manipulación o persuasión de los demás.

En cuanto a la segunda línea de investigación sobre suicidio, el profesor Martínez recalca que el Proyecto FONIS persigue construir un modelo comprensivo de la experiencia vital de los intentos de suicido en una población especialmente riesgosa como es la comunidad LGTB. En una investigación anterior, liderada por la tesis de tres alumnas UDP, el profesor Martínez indagó en los factores disuasivos del suicidio. Propusieron que existiría un proceso suicida que va desde la ideación, la planificación y otros momentos hasta “el borde de la cornisa”, cuando se presenta algún elemento que, finalmente, evita el desenlace fatal. Si bien no todos las personas pasarían por los mismos momentos de la misma manera y en los mismos tiempos, los disuasivos más importante serían aquellos relacionales (por ejemplo, imaginar las reacciones de padres o hijos), los que son activados por elementos más contingentes y azarosos (como una llamada de teléfono, toparse con un amigo de un hijo, etc.).

La elección por trabajar con la comunidad LGTB fue tomada a partir de la experiencia clínica de profesor Martínez y de lo que señala la literatura especializada. Además, entre los requisitos de un proyecto FONIS estaba el “trabajar con poblaciones de riesgo” y, efectivamente, los jóvenes con opciones sexuales distintas a lo acostumbrado deben sortear una serie de obstáculos, muchas veces, muy dolorosos, que los pone en una posición de mayor riesgo ante el suicidio. “Este es un tema donde no hay registros, no hay cómo saber sino conversando con los involucrados en un ambiente de respeto y confianza ya que no le van a decir al médico de urgencia que, en su sufrimiento, su opción sexual y las consecuencias sociales de ésta tienen un peso gravitante”, afirma nuestro entrevistado.

El proyecto cuenta con la activa colaboración de la Fundación Todo Mejora, organización que tiene entre sus objetivos prevenir el suicidio de tod@s aquellos jóvenes que sufren el bullying homofóbico, el rechazo familiar y la discriminación en Chile por su orientación sexual, identidad o expresión de género. En total, el equipo de investigadores espera entrevistar a unas 40 personas que representen las distintas opciones sexuales en los diversos sectores socioeconómicos de nuestra sociedad. Ya han hecho algunas de esas entrevistas; algunas han sido especialmente emotivas para los entrevistadores, sobre todo cuando los entrevistados recuerdan los peores momentos en relación con la familia y el colegio.