29 / 09 / 2017
La exposición estuvo encabezada por la psicóloga y alumna del Doctorado en Psicología UDP, María Pilar Palacios, quien se inspiró en sus experiencias en el área de la salud para plantear esta inquietud del cuerpo en el psicoanálisis.
“Destinos de lo negativo en relación al cuerpo en la obra de Sigmund Freud” fue el tema del segundo simposio doctoral organizado por el Doctorado en Psicología UDP el cual tiene como objetivo que alumnos del doctorado den a conocer sus temas de investigación. En esta oportunidad la ponencia estuvo a cargo de la psicóloga María Pilar Palacios, estudiante del doctorado para quien esta investigación ayuda a redefinir conceptos que pocas veces son abordados por lo establecido en el psicoanálisis tradicional, en relación al cuerpo en distintos escenarios: “La realización y culminación del trabajo en curso va a permitir indirectamente a re-pensar coordenadas en la clínica de patologías ligadas al cuerpo y al exceso. Como por ejemplo trastornos alimentarios, adicciones, entre otros. Esto desde un posicionamiento que incorpora la revisión y análisis crítico de un camino que Freud trazó y que no siempre nos detenemos a revisar y/o a criticar”.
Para ahondar más en su tema investigación, motivaciones y hallazgos con los cuáles se ha encontrado en este tiempo de trabajo guiado por el Dr. Rodrigo de la Fabián, conversamos con María del Pilar quien además es académica de la Universidad de Santiago de Chile y la Universidad Nacional Andrés Bello, en las especialidades de Psicología clínica y de enlace.
-Cuéntanos, ¿qué te inspiró a tratar el tema del cuerpo de acuerdo a la obra de Freud?
Desde el pregrado que venía trabajando el tema del cuerpo en psicoanálisis; en mi tesis de grado, ligado a la problemática de lo femenino. Luego, fue mi trabajo tanto en el Hospital Félix Bulnes como en la consulta privada lo que me llevó a interrogarme aún más sobre el estatuto del cuerpo en distintos escenarios, problemáticas clínicas, y su abordaje en psicoanálisis. Por ejemplo, en psiquiatría de enlace, ¿Qué lugar darle en la escucha de una paciente internada por largo tiempo en el servicio de ginecología, a un cuerpo que ha sido exhibido, ofrecido, intervenido y leído por el discurso médico?, ¿Cuál será el lugar de la palabra en este escenario? Preguntas como estas guiaron mi trabajo en París en el contexto del máster, donde el tema trabajado fue “La construcción del cuerpo en la transferencia”, haciendo alusión a patologías graves, siempre con la inquietud de interrogar las categorías y teorización psicoanalítica del cuerpo en problemas que ponían en jaque el abordaje psicoanalítico tradicional. Ya de regreso, es este movimiento el que hizo que volviera a pensar sobre el estatuto del cuerpo en psicoanálisis, bajo el supuesto de que existe en este discurso, particularmente en la vertiente freudo-lacaniana, una tendencia algo conservadora a concebir cuerpos unificados y legibles, lo que se vuelve un obstáculo al momento de trabajar con sujetos que desafían y no se ajustan a esa dimensión unificante. Un ejemplo de esto sería el cuerpo trans. Desde aquí que se vuelve relevante acudir a los fundamentos de la teoría psicoanalítica, para preguntarle a la obra freudiana cual ha sido el abordaje y concepciones desplegadas en su desarrollo respecto a las operaciones que construyen cuerpos.
– ¿A qué te refieres con “destinos de lo negativo en relación al cuerpo”?
En la pregunta anterior hice mención a aquello que “no se ajusta” a las operaciones de unificación respecto del cuerpo. Cuando me refiero a lo negativo, lo hago para dar cuenta de una dimensión que es constitutiva y que debe negarse para poder construir algo, en este caso un cuerpo. No obstante, si bien se niega, nunca deja de existir. Del mismo modo al hablar de destino, hago referencia a lo concreto de un trayecto, ¿Qué es lo que ocurre con esa dimensión de lo negativo cuando esta reaparece?, ¿A dónde es conducida en la obra psicoanalítica?
Un ejemplo en la obra de Freud tiene que ver con la problemática del autoerotismo; este es un estado inicial del desarrollo de la líbido, que ha de ser negado -superado- para que se construya un cuerpo -en este caso, el cuerpo del yo-. El autoerotismo se constituye entonces como lo negativo respecto del Yo-cuerpo. Negativo que si aparece, su destino -en la obra freudiana- es retornar patológicamente en la psicosis. La investigación se dirige a rastrear esos trayectos, indagar si existen adicionalmente otros. Por ejemplo, de la exclusión y la patologización.
Hasta el momento ¿Qué hallazgos has encontrado, o qué te han llamado más la atención?
Hasta el momento los hallazgos son bastante preliminares, puesto que son los que apoyaron mi hipótesis: La presencia de procesos de unificación y homogeneización de elementos heterogéneos en distintas formas de cuerpo en la obra freudiana; el yo-cuerpo ya mencionado, el cuerpo de la genitalidad y el cuerpo masculino, paradigma de la diferencia sexual. Creo que lateralmente, los hallazgos más importantes de este momento, dicen relación con la existencia de autores críticos que presentan conceptos en la misma línea de mi trabajo, que me van a permitir ampliar mi lectura cuando el trabajo de análisis del texto freudiano ya vaya tomando más forma. Dentro de estos autores encontramos a Judith Butler, quien realiza desde la ‘Teoría Queer’, una crítica al modo psicoanalítico de pensar el cuerpo y su negativo, lo que conceptualiza como “lo abyecto”. No obstante, lo más novedoso en este campo es la proposición de otro destino de lo negativo, la dimensión performativa de los cuerpos.
-¿Qué impacto puede tener tu trabajo en relación a cómo vivimos el cuerpo en nuestros días?
Es un pregunta complicada, no sé si tenga un efecto directo en relación al cómo vivimos el cuerpo en nuestros días. Sin embargo, a mi juicio, la realización y culminación del trabajo en curso -que no sé a qué lugar llevará- va a permitir indirectamente -puesto que es un trabajo teórico- a re-pensar coordenadas en la clínica de patologías ligadas al cuerpo y al exceso -como por ejemplo trastornos alimentarios, adicciones, entre otros- desde un posicionamiento que incorpora la revisión y análisis crítico de un camino que Freud trazó y que no siempre nos detenemos a revisar y/o a criticar. Por otra parte, en términos socio-políticos, dirigirse a lo negativo respecto del cuerpo en psicoanálisis implica tomar una posición en torno a aquello que en su inadecuación, de acuerdo a los parámetros de unificación corporal, ha sido confinado hacia la marginalidad: Cuerpos que no importan. De este modo, la realización de la investigación va a poder responder a la pregunta ¿Puede el psicoanálisis freudiano contribuir a la legitimación de cuerpos “excluidos” o está “inmanentemente” condenado a la idealización/positivización de los cuerpos?