16 / 06 / 2016
El profesional, quien ingresó en 2007 a Psicología, luego de haber estado un año en Bachillerato, tiene excelentes recuerdos de su estadía universitaria en la UDP y siente que el psicólogo actual está mucho más conectado con la sociedad.
Diego Moreno, egresado en 2012, está, desde el 2015, en el Colegio Dunalastair de Peñalolén trabajando como psicólogo y profesor de música. Cree que la formación y mirada crítica aprendida en la universidad, son factores importantes para desenvolverse de mejor manera. Además, tiene bien desarrollado el área psicojurídica, a pesar de que hoy no está en eso, puesto que hizo su práctica en la cárcel de Colina II.
Cuéntanos en qué te desenvuelves profesionalmente y un poco de tu día a día en ese ámbito.
Llegué al Colegio Dunalastair Peñalolén en 2015 a trabajar como profesor de música, y luego de algunas intervenciones respecto a lo psicológico el año pasado, me invitaron a ocupar ese cargo durante este 2016. Hoy soy el psicólogo para los profesores de quinto básico hasta tercero medio, sigo haciendo clases de música y además soy profesor jefe de tercero medio.
Mi día a día parte por tomar la asistencia y recibir a mis niños por la mañana, ver los temas del día y la información relevante de la semana, animarlos y darles un pequeño empujón para comenzar la jornada. El resto del día se reparte entre las clases de música, que sigo haciendo a tercero y sexto básico, y las funciones propias del psicólogo.
En este caso yo no trabajo directamente con los niños sino que con los profesores. El rol está pensado para asistir a los profesores en su labor a fin de mejorar la calidad del vínculo y con ello de los aprendizajes que desarrollen los niños. Sumado a eso, realizo observación de clases, seguimiento de casos especiales, y en general toda actividad que busque mejorar el espacio y clima del aula.
¿En qué año ingresaste a la UDP y en qué año te titulaste?
Ingresé el 2007 desde Bachillerato (2006) y egresé en Abril del 2012.
Como psicólogo de la Universidad Diego Portales, ¿ qué de lo aprendido te ha servido para tu desarrollo profesional?
Me atrevería a decir, sobre todo ahora que me desempeño en un área muy diferente de la que siempre estuve vinculado, que más allá de los contenidos o conocimientos específicos de cada materia, lo que queda y lo que se valora al momento de enfrentar un trabajo como psicólogo, es la formación, la mirada crítica, la manera de entender las problemáticas, la capacidad de creer en la diversidad, la fuerte y muy útil formación metodológica, en el fondo lo que se llama el “sello” de la universidad. Todo eso me fue muy útil en mi paso laboral por la psicología jurídica y ha sido, sin duda, un gran elemento ahora que me estoy experimentando, en parte, con lo educacional.
¿Cómo fue tu paso por la UDP? ¿Qué recuerdos guardas de tus años de estudio?
Fue muy grato. Guardo muy buenos y lindos recuerdos, no solo de mis compañeros sino que de muchos profesores. Luego de haber terminado de estudiar música, volver a la academia fue, sin duda, un gran paso y un elemento que sumó a mi formación personal. Pero mis mejores y más claros recuerdos tienen relación con los últimos años, el desarrollo de mi tesis de pregrado, una primera aproximación a lo que sería después mi paso y desarrollo por lo psicojurídico, la práctica profesional y la posibilidad de ejercer mi rol como psicólogo en un contexto tremendamente adverso, pero, al mismo tiempo, lleno de oportunidades como lo es la cárcel de Colina II.
Todo esto siempre bajo la supervisión de dos de mis grandes referentes de la psicología jurídica como los son el Prof. Elías Escaff y la Prof. María Isabel Salinas. Otro de las recuerdos que guardo con gran cariño fue la tremenda posibilidad que me entregó la universidad de poder realizar varias ayudantías, instancias donde pude poner a prueba, no solo mis conocimientos, sino que además mis capacidades docentes.
¿En qué medida vislumbras que en estas últimas dos décadas ha cambiado el perfil del psicólogo y lo que se le debe ensañar a nivel de pregrado?
Creo que no solo ha cambiado el perfil del psicólogo, sino que el del profesional en general, que es mucho más conectado con el mundo, con las temáticas actuales, más vinculado con lo inter disciplinario, capaz de establecer redes con profesiones afines y a veces no tanto. Creo que esa necesidad de formar profesionales más abiertos, capaces de salir de zona de experticia para vincularse con otros espacios del saber, es uno de los pilares fundamentales que debería verse reflejado en la formación de pregrado.
Finalmente, ¿cuáles son tus proyecciones de aquí a cinco años más?
Regresar a la psicología jurídica, retomar mis estudios de doctorado, comenzar a buscar instancias de desarrollo docente, involucrarme con la investigación en reincidencia delictual, disfrutar la psicología y extender la necesidad de generar nuevos conocimientos en la nuevas generaciones.