Cristián Álvarez, “Cuando me titulé hice clínica, pero las oportunidades de trabajo me fueron llevando hacia lo jurídico”
22 / 06 / 2015
Egresado en 2000, es especializado en el área jurídica y forense, trabaja en la Fiscalía Sur, atendiendo preferentemente niños que han sido víctimas de delitos sexuales y mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
¿Qué recuerdos guardas de tus años de estudio en la UDP?
Le tengo mucho cariño a la Universidad. Yo venía de un colegio de puros hombres y llegué a una carrera con una fuerte presencia de compañeras mujeres, en un ambiente muy reflexivo, donde pude desarrollar muchas de mis capacidades, como por ejemplo, hablar en público, expresarme de manera clara, lo que me ha servido mucho en mi trabajo actual. Destaco el pluralismo en que se estudiaba, de ideas y en todo sentido, también en cuanto a poder hablar de diversos temas. También participé en el Centro de Alumnos en el año 1996 como Encargado de Deportes.
¿De qué ramos o profesores te acuerdas especialmente? ¿Cuáles de ellos fueron marcando tu formación?
Me acuerdo de aquellos que tenían que ver con una orientación analítica que es lo que más me gustaba. Me acuerdo de Michel Tihaut, del Psicoanálisis lacaniano que él y otros practicaban. También de Domingo Asún, de Eduardo Llanos y de tantos otros profesores que además de ser muy buenos psicólogos, se notaba que eran muy buenas personas. Hice mi práctica profesional en Huamachuco II en Renca, atendiendo niños y mujeres.
¿Cómo se fue dando tu tránsito hacia la psicología jurídica que es donde te desempeñas hoy en día?
Cuando me titulé hice clínica. Pero las oportunidades de trabajo me fueron llevando hacia lo jurídico, hice varios peritajes de daño emocional, de situaciones complejas en niños. E hice trabajo reparatorio también desde la Corporación Opción y más tarde, después de mi pasantía en EEUU, desde la ONG Cordillera en un programa especializado de comercio sexual infantil. Allí me correspondió trabajar en el caso Spiniak, donde fue muy intenso el trabajo de preparación para las audiencias con los niños y posteriormente el trabajo terapéutico reparatorio.
Además, en 2003 tuve la oportunidad de hacer una pasantía clínica de 6 meses en la Universidad de Yale en Estados Unidos en temas de abuso sexual en niños. Eso fue un contacto gracias al Hospital Calvo Mackenna y la verdad es que me preparó mucho mejor para lo que vendría.
Desde el 2007 trabajas en la Fiscalía Sur. ¿Cómo es tu trabajo, qué te corresponde hacer?
En primer lugar, me corresponde dar atención en crisis a las victimas cuando corresponde, vamos al sitio del suceso del delito. Luego, evaluamos riesgos y condiciones y derivamos a la red con la que contamos. No damos tratamiento de largo alcance a las víctimas. En segundo lugar, me corresponde apoyar al Fiscal asesorándolo en materias psicológicas, por ejemplo, en cuanto a las definiciones e implicancias de las categorías psicopatológicas diagnósticas. Para eso hay que tener una sólida formación clínica primero. En tercer lugar, hacemos protección a víctimas y testigos de los casos de la Fiscalía Sur. Nosotros tenemos 48 horas para evaluar y dar las medidas que correspondan de acuerdo al riesgo que arrojan las personas en nuestras escalas. Las medidas pueden ser desde alarmas de ruido hasta reubicaciones en regiones.
¿Cuáles son los principales desafíos y dificultades con que se encuentra un psicólogo inserto en una Fiscalía?
Uno de los desafíos más importantes es evitar la victimización secundaria en niños producto de las dinámicas de los tribunales, en el sentido de tener que contar una y otra vez sus experiencias traumáticas. De hecho ahora hay un proyecto de ley de entrevista única videograbada con profesionales especializados. Ello requiere del desarrollo de habilidades específicas en los psicólogos para conducir esas entrevistas, que deben estar guiadas por principios tales como preguntas abiertas que no induzcan las respuestas en los niños. Y nosotros estamos participando en una capacitación provista por la Universidad de Chile con la Católica y otra universidad extranjera de Australia que nos están formando en estas materias.
¿Cómo es la relación profesional entre abogados y psicólogos?
Hace 8 ó 9 años la relación entre abogados y psicólogos era difícil, éramos considerados más o menos que como tarotistas, adivinos, pero nos fuimos ganando un espacio y hoy estamos validados. Antes, se nos veía como quienes íbamos a hacerles cariño a las víctimas. Incluso, antes de la reforma procesal penal, los psicólogos teníamos un rol, el de mandar informes, pero éste era totalmente invisiibilizado, todo por escrito y después no se sabía nada lo que ocurría con el caso. Ahora tenemos un espacio profesional; al comienzo de la reforma nos llamaban cuando una víctima se descontrolaba, hoy se trata de trabajar en conjunto con los Fiscales, dando asesoría y acompañamiento en todo el proceso judicial.
Y finalmente, ¿cómo te proyectas de aquí a 5 años?
Quiero seguir en el Ministerio Público, quisiera llegar a ocupar un cargo en la Unidad Especializada de Delitos Sexuales de la Fiscalía Nacional. Desde allí me gustaría realizar capacitaciones al Poder Judicial. Y continuar con la docencia en la universitaria que hago en la Universidad Gabriela Mistral en ramos de 4 y 5 año de la carrera de Psicología desde 2008. Eso me gusta mucho.