Acción Salud UDP: una estrategia para la protección de la salud mental de personal sanitario en tiempos de pandemia

COMPARTIR

13 / 05 / 2020


Como una acción de apoyo para la protección de la salud psicológica del personal sanitario frente a la situación de emergencia por pandemia COVID-19, la Universidad Diego Portales desde su Programa de Estudios Psicosociales del Trabajo (PEPET) ha implementado Acción Salud UDP, una iniciativa que, mediante tres estrategias, se propone contribuir al bienestar y la salud mental de quienes trabajan en salud.

Para ello, conversamos con Elisa Ansoleaga, profesora de la Facultad de Psicología UDP y directora del proyecto.

Elisa Ansoleaga nos cuenta que Acción Salud UDP tiene tres líneas de acción: una estrategia comunicacional para desde las cuales proponemos miradas diversas para entender que el resultado de la salud mental de quienes trabajan en salud no es resultado de una mera vulnerabilidad individual o de la falla de mecanismos de afrontamiento. La salud mental de quienes trabajan en salud es el resultado de un conjunto de condiciones de trabajo en situación de pandemia (trabajar en situaciones límites, trabajo emocional, sufrimiento ético derivado del trabajo, intensificación del trabajo) con un telón de fondo de un contexto plagado de incertidumbre. Nos interesa, a través de esa campaña comunicacional, abrir espacios en redes sociales y otros medios, para una conversación pública que esté a la altura de lo difícil del momento que vivimos y que se entienda que el resultado de salud de la población en esta pandemia no está en las manos del personal sanitario exclusivamente sino que depende de muchas acciones.

Una segunda estrategia de Acción Salud UDP considera la intervención directa en equipos de salud mediante dos modalidades o dispositivos de atención/intervención grupal. Un dispositivo de intervención en crisis para contener a equipos que han enfrentado una situación límite identificable y que requieren un espacio de elaboración colectiva, de contención y apoyo respecto de dicha situación, y en la cual además se pueda identificar personas que, por su nivel de afectación, requieran ser derivadas a atención individual o colectiva; un segundo dispositivo, denominado Clínica Psicosocial del Trabajo, es una intervención también a nivel grupal (de equipos de trabajo o no) en personal sanitario, cuyo objetivo es la protección de la salud psicológica mediante un espacio de escucha
colectiva que permita atender y tramitar el sufrimiento y malestar derivado del trabajo en estas condiciones. No se trata de grupos terapéuticos pero hemos constatado que pensar colectivamente y poner en común cuestiones sobre las cuales “no se habla” genera, sin lugar a dudas, efectos terapéuticos en las personas y en los equipos. La escucha colectiva permite el reconocimiento mutuo y ese es un punto de partida para pensar en estrategias de cuidado colectivo. Por ejemplo, equipos que enfrentan la muerte de pacientes, equipos que se desintegran por licencias médicas de compañeros, equipos que deben tomar la decisión respecto de a quién entregar el respirador mecánico, equipos directivos de hospitales de alta complejidad que ven día a día las dificultades de trabajar en una situación que es nueva, entre otros, todos ellos lo están pasando mal, muy mal, y a ellos a quienes queremos llegar Los dispositivos de intervención de las clínicas psicosociales del trabajo son 4 sesiones. La tercera línea de acción es la formación y el trabajo con jefaturas intermedias pues ellos ocupan un lugar y cumplen una función muy relevante en la organización del trabajo, la planificación y coordinación, entre otras, y ellas y ellos también lo están pasando mal.

Esta pandemia nos está produciendo sufrimiento a todos, pero tenemos que distinguir entre el sufrimiento y la angustia que sentimos todos los ciudadanos, y que por lo demás resulta inevitable, de aquellos padecimientos que si no se identifican ni se atienden pueden derivar en un problema de salud mental severo en el personal de salud.

Elisa Ansoleaga agrega, este proyecto ha sido una aventura que comenzó a pulso, con un grupo de estudiantes, egresados y profesoras de la Facultad de Psicología, que teníamos ganas de contribuir con algo específico y con un conocimiento que hemos acumulado desde el 2010 luego que iniciáramos intervenciones de apoyo psicosocial para trabajadores de la salud después del terremoto y tsunami. Luego estuvimos en los aluviones del norte y también en el Terremoto de Coquimbo. Hemos aprendido y acumulado experiencia y estoy convencida que estas circunstancias interpelan a las
Universidades respecto de su capacidad de responder y contribuir, y al mismo tiempo, nos permite encarnar el rol público que es nuestra responsabilidad. El martes pasado capacitamos a 60 psicólogas y psicólogos UDP y profesores de la Escuela de Psicología, este proyecto nos conecta y convoca como comunidad, nos recuerda (recordar: volver a pasar por el corazón) el sentido y compromiso ético de nuestra profesión. Las
intervenciones ya comenzaron y ha sido muy emocionante ver cómo, intervenciones sencillas pero bien pensadas, pueden generar alivio, contención y apoyo. Desdibujar la figura del héroe y de la metáfora de la guerra, no sólo es necesario sino que se vuelve urgente, porque instala una expectativa en quienes trabajan en salud imposible de cumplir, ello genera culpa, frustración y sólo contribuye a aumentar la angustia y el malestar derivado del trabajo en salud en estas circunstancias.

De la mano de este proyecto se está construyendo una red de colaboración con diversos campos clínicos de la UDP y con el Ministerio de Salud, especialmente con los departamentos de Calidad de Vida, Salud Ocupacional y con la mesa técnica de salud mental en emergencias y la comisión de cuidado del personal.