Eliana Heresi - El Mercurio (Revista Ya).
20 / 10 / 2020
Pasados meses de confinamiento, la vida en pareja enfrenta el desgaste del estrés y las altas exigencias emocionales con más peleas y conflictos, una vida sexual disminuida y dificultades de todo orden, que ponen a la pareja en una situación límite. Entrenar la flexibilidad, dicen los expertos, es la única salida posible frente a un escenario que, de momento, seguirá trayendo incertidumbre.
“Esta crisis puso en juego todos los recursos emocionales sociales y relacionales de las personas y las familias” dice Eliana Heresi, académica de la Facultad de Psicología UDP y magíster en estudios de la pareja y la familia.
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“Si bien en Chile hemos avanzado en igualdad de género y en la distribución de los roles y funciones parentales, todavía una mayor carga de trabajo doméstico y del cuidado de los hijos recae preferentemente en las mujeres. Esto implica que la permanencia en el hogar en este período ha generado que éstas se sientan sobrepasadas por las demandas, lo cual ha tenido repercusiones importantes en la salud mental”, explica Heresi.
“Cuando las parejas logran asumir equitativamente las demandas propias de la situación de crisis, se adaptan con flexibilidad a los cambios que es necesario implementar y resuelven positivamente cada uno de los desafíos que se van presentando”, complementa.
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“En los contextos de alta demanda se suele recurrir a estrategias de sobrevivencia que son aprendidas y que no siempre apuntan a sobrellevar la situación misma. Pero eso, a veces los mecanismos de alivio de la tensión son contrarios al resguardo de la relación de pareja: la irritabilidad, la violencia, el culpabilizar, negar los estados emocionales o no percatarse de los mismos, son comportamientos que deterioran las dinámicas interpersonales”, señala Eliana Heresi.
“Es útil recordar que lo que estamos viviendo no es algo que me ocurre a mí, sino a todos. Estamos enfrentando estresores de distintos tipos, que se sumarán a los que cada familia ya tiene que enfrentar en tiempos de normalidad” concluye la académica.

