22 / 06 / 2015
La egresada del 2014, ha hecho dos diplomados, ha creado una Consultora y una Fundación artística en miras a aportar su granito de arena para una sociedad más vivible y amable.
¿Cómo fue tu paso por la UDP? ¿Qué recuerdos guardas de tus años de estudio en la UDP?
Mi paso por la universidad fue bastante movido. Entré el 2009… yo venía de la Universidad de Valparaíso de haber estudiado psicología 2 años y pasar de una universidad “tradicional” con recursos escasos a la Portales fue un gran cambio, desde infraestructura hasta nivel de los profesores y funcionarios. Convalidé algunos ramos, así que siempre anduve media desfasada en relación a mis compañeros. Por un lado, me costaba sentir que pertenecía a una única generación pero, por el otro, me sirvió para conocer a varios de los que ahora son mis amigos de distintas generaciones.
En la universidad traté de participar en todo lo que nos ofrecían, ayudantías, apoyar investigaciones del CEAR, ir a talleres, ciclos de cine, participar de la selección de hockey, incluso tomé dos CFG de la Universidad Alberto Hurtado.
Mis recuerdos favoritos son de cuando hice ayudantías y los recreos en “la salita”; un espacio en la facultad donde llegan personas de distintas generaciones y con distintos intereses a desahogarse y compartir. Era súper entretenido saber en qué andaban los compañeros más viejos. Los viernes había una tradición de quedarse en la U a conversar con el Lucho de la fotocopiadora y con otras generaciones, ponían música y ahí nos quedábamos.
¿Qué ramos son los que más te gustaron de la carrera?
Los ramos que más me gustaron fueron los más prácticos. Por ejemplo, el ramo de Psiquiatría, donde teníamos que ir al Hospital Psiquiátrico; ahí compartíamos con José, un esquizofrénico que había creado a los dioses y se había auto engendrado. El ramo del profesor Llanos, sobre los distintos niveles de abstracción, resolución de problemas y los axiomas de la comunicación son elementos que uso hasta el día de hoy. Pero, sin duda, mis ramos favoritos fueron estadísticas e investigación con el Profesor Carlos Núñez, con quien hice mis primeras ayudantías. Ahí pude aprender a hablar en público, dirigir grupos, trabajar en equipo… hacer terapia de contención a los estudiantes de estadística por el SPSS… y aprender a traspasar la información de manera integral. El profesor Núñez siempre nos mostraba a través del ejemplo, cómo ser buenos profesionales, entendiendo que las cosas no son siempre o negras o blancas… y dando espacio en cada clase para que los estudiantes pudieran participar. Nos transmitía la importancia de no tener miedo a no saber las cosas, incentivándonos a aprender más… de todo un poco.
¿Eras buena alumna?
Objetivamente era la matea, la responsable pero nunca me sentí tan así, porque siempre tuve tiempo de hacer otras cosas. Tuve beca por notas los 5 años y me invitaron varias veces a hacer el diploma de honores. Por temas de interés no lo tomé. La clave era ir a clases, tomar buenos apuntes, preguntar lo que no entendía y leerme los textos, aunque confieso que no siempre los leía todos, y tener un grupo de amigos con quienes podíamos conversar la materia.
En los ramos que me interesaban, me preocupaba que el profesor supiera mi nombre o al menos quedarme con su contacto en caso de querer profundizar más adelante. Traté siempre a todos con respeto, en sala trataba de ser ordenada, aunque no siempre me resultó.
¿En qué hiciste el seminario de tesis y con qué profesor? ¿Y donde hiciste la práctica profesional?
El seminario de tesis lo hice con dos amigos, los dos secos en un técnica de meditación occidentalizada que se llama “Mindfullness”. Yo aporté con el conocimiento metodológico y ellos con el místico. Hicimos un taller de 2 meses en el Consultorio La Faena de Peñalolén, que tenía como objetivo disminuir el nivel de burnout o estrés crónico en personas que trabajen en el área de servicios, es decir, personas que trabajan con personas. Lo que nos había llamado la atención era que las enfermeras y profesores son los que tienen índices más altos de burnout. Una de las características del burnout es la despersonalización, es decir, la incapacidad de reconocer al otro como persona. La apuesta es que si nos centramos en el aquí y el ahora con la ayuda de las técnicas de mindfullness, vamos a poder valorizar los estímulos adecuadamente y no como amenazantes, como ocurre cuando uno está estresado que todo es amenazante. El taller resultó un éxito y de hecho nos llamaron del consultorio vecino para ir a hacer el taller pero por tiempo no pudimos. Nos ayudaron en la tesis las profesoras Monserrat Moraleda y Tatiana Tomicic.
La práctica profesional la hice en Walmart, en la Gerencia de Diversidad y de Inclusión. Si bien yo había postulado a desarrollo organizacional y capacitación, por mi perfil más orientado a la investigación, me recomendaron esta gerencia que recién se estaba armando y necesitaban a alguien que supiera de levantamiento de información y estadísticas, asique fue perfecto para mí. La mejor práctica que pude haber tenido. Con otro compañero que conocí allí, nos dieron rienda suelta para proponer cosas, así que empezamos a hacer proyectos y mover la gerencia, lo pasamos súper! En ese minuto me di cuenta que lo mío era hacer proyectos, así que en la mitad de la práctica ingresé a un diplomado de Gerencia de Proyecto en la Facultad de Ingeniería de la UDP, donde aprendí todo lo que sé de proyectos. De hecho por eso ahora estoy emprendiendo con este compañero de la práctica en Walmart.
Entiendo que además de este Diplomado en Gerencia de Proyectos, hiciste otro de Marco Lógico en la Universidad Alberto Hurtado. ¿Qué andabas buscando? ¿Lo conseguiste?
El primer Diplomado en la UDP, lo hice porque sentía que me faltaban herramientas en investigación, recolectada datos y después qué? Los proyectos son como investigaciones en base a las cuales se proponen soluciones o mejoras. El Diplomado me encantó, yo era como la mascota, las más joven y la más humanista, así que me sentí muy bien apadrinada. Cuando terminé ese diplomado y salí de la universidad, me llamaron de la UDP para asesorar un focus group que terminó en la presentación de un proyecto para trabajar con la Coordinadora de Desarrollo de Carrera, proyecto que sigo apoyando.
Empecé a hacer proyectos con el formato que aprendí en el diplomado, pero me di cuenta que era demasiado cuadrado para lo que a mí me gustaba… que era la onda más social… la mentalidad del ingeniero no me estaba funcionando bien. Así que me metí a estudiar sobre proyectos sociales y llegué a la metodología marco lógico, una metodología que se usa para hacer políticas públicas. De allí encontré el Diplomado de UAH, con lo que pude completar los números con la justificación social que aporta la metodología de marco lógico.
Egresaste hace dos años, en ese tiempo, ¿Cuáles han sido los trabajos más interesantes que te ha correspondido realizar? ¿Por qué?
Los trabajos más interesantes han sido los que he creado. La verdad es que no soy del tipo de persona que puede estar produciendo jornada completa. Ahora estoy apoyando proyectos de empleabilidad en la UDP, haciendo capacitaciones sobre gestión de proyectos en una consultora que armé con una amiga (Grupo Quales) y haciendo proyectos de diversidad y de inclusión desde una Fundación que formamos con mi compañero de la práctica en Walmart y otra gente que ha sumado en el camino.
Me gusta analizar un sistema y tratar de mejorarlo… me pasa en la UDP cuando veo que hay algunos talleres que podrían dar más y mejores herramientas a los portaleanos, pienso en qué me hubiese gustado tener en mi formación y lo planteo en forma de proyecto… eso después se transforma en un programa y si todo sale bien me ando paseando por las carreras evangelizando con el desarrollo profesional. Eso es lo que he hecho; auto gestionarme… y creerme el cuento de que el mundo se puede cambiar si uno es constante.
Me pasó que cuando salí de la universidad, me di cuenta de lo afortunada que había sido, el poder comparar vivencialmente la Portales con otras universidades me hace sentirme agradecida de la institución; la calidad de los profes, las secretarias, las oportunidades que yo tuve siendo portaleana, me hacen pensar en distintas formas de devolverle la mano a la universidad, por eso enganché con la Coordinadora de Desarrollo de Carrera, para ver cómo podía poner mi experiencia al servicio de otros.
La Fundación y la Consultora apuntan también a lo mismo… aunque sea con un cuarto de granito de arena a hacer una sociedad un poco más vivible. En la Fundación estamos haciendo un taller de carpintería en la cárcel para entregarles a las mujeres privadas de libertad algunas herramientas para que puedan desempeñarse afuera. Y con la Consultora hacemos capacitaciones a distintas organizaciones para que puedan gestionar sus proyectos de manera efectiva.
¿Cómo es la Fundación MILA?
MILA nace con la idea de cambiar el mundo. Nos contactamos con un grupo de soñadores en España que tienen un estilo de arte muy particular “Art BRUT”, el arte bruto o de los marginados. Pensamos que el arte es el espacio perfecto para conectarnos con lo que sentimos y nos ayuda a expresar lo que a veces con palabras no podemos. Así vimos el arte como una ventana inclusiva que permite juntar a personas de distintos grupos y hacer que se conozcan, sin prejuicios, todos enfrentados a lo mismo: a la hoja en blanco.
Lo que hacemos y queremos hacer es formar parte de la cadena de museos de art brut que existe en Europa. Pueden ver en www.museoinclusivo.com qué significa eso. Partimos siendo 3 personas que nos conocimos en Walmart. Hicimos buenas migas y decidimos lanzarnos. Ahora somos 6 personas y hasta tenemos un alumno en práctica. Tenemos proyectos con distintas organizaciones. Juntamos a distintas fundaciones con grupos y hacemos que “pasen cosas”, siempre teniendo un registro artístico como evidencia, que exponemos y subimos a la página.
Y finalmente, ¿cómo te proyectas de aquí a 5 años?
Me veo haciendo lo mismo pero con más recursos. Pretendo irme a estudiar a Estados Unidos el 2017 para profundizar en gestión de proyectos educacionales porque me he dado cuenta que para poder hacer un cambio real hay que llegar a los niños, para terminar con la exclusión hay que enseñarle a los niños a respetar desde pequeños, para poder hacer buenos proyectos hay que empoderarlos como agentes de cambio. Están pasando muchas cosas a nivel nacional y yo no quiero quedar afuera, así que voy y vuelvo, a cambiar el mundo!