Estudiante de Psicología realizó intercambio en la Universidad Autónoma de Madrid

COMPARTIR

07 / 09 / 2021

Expandir su conocimiento en materias claves, conocer otra cultura y compartir con personas de diversas partes del mundo, fueron algunas de las razones por las que, Camila Díaz, estudiante de tercer año de la Facultad de Psicología UDP, realizó un intercambio estudiantil en la Universidad Autónoma de Madrid, España, durante el primer semestre del 2021.

Desde que entró a la carrera, participar de un intercambio estudiantil había sido uno de los principales objetivos de Díaz. Con el apoyo de la Escuela de Psicología UDP, Díaz pudo quedar seleccionada en la Universidad Autónoma de Madrid. “La Autónoma de Madrid siempre fue mi primera opción. En términos académicos es una muy buena universidad, reconocida a nivel mundial, con una malla en Psicología que me gusta bastante. Tiene cursos como Psicología Forense y Criminología o Sexualidad que me llaman mucho la atención. La posibilidad de ampliar mi conocimiento en esas materias fue lo que me convenció a nivel académico. Sin embargo, principalmente la elegí porque era la mejor opción en Madrid. Creo que, más que la universidad en sí, la ciudad es lo que verdaderamente escogí. Me pareció que Madrid era el lugar perfecto por el idioma, por ser la capital de España y estar en el centro del país (con muy fácil acceso al resto de España, lo cual es conveniente para viajar), por su carácter cosmopolita y su fama de ser una ciudad segura. Fue la mejor decisión que he tomado y, la verdad, nunca me imaginé que iba a terminar siendo tanto mejor de lo creí que iba a ser”, explica.

Las clases durante el intercambio fueron de modalidad mixta, donde una semana Camila Díaz tenía que asistir presencial y la siguiente online y así sucesivamente.

Respecto a su experiencia, Díaz destaca lo positivo de esta instancia para su vida académica y personal: “En Madrid fui feliz. Encontré el hogar que yo descubrí y elegí para mí misma. Es una ciudad maravillosa, que tiene una energía única. En mi intercambio conocí lo que es sentirme realmente segura durante la noche, la simpleza de salir a caminar y ser feliz únicamente por la belleza de sus calles, junto con la alegría y amabilidad de su gente. Aprendí a vivir y viajar sola por el mundo, a ser independiente y saber protegerme. Construí una familia, la cual espera mi vuelta. Hice amigos de todas las edades y partes del mundo y conocí un millón de lugares maravillosos que nunca creí posible conocer. Todos los días eran emocionantes y únicos, y siempre terminaban conmigo sentada en Plaza Mayor durante la madrugada dando las gracias por lo vivido. También existieron momentos difíciles que me enseñaron a crecer, y tuve que manejarlos lejos de mi familia. Mejoré mi inglés en un 100%, aprendí a respetar, a querer y a soltar. Y, lo más importante, ahora sé dónde está mi casa“, acota.