Maria Ester Buzzoni y su llamado a recuperar la esencia de compartir y crear comunidad dentro de la universidad

COMPARTIR

17 / 12 / 2016

Con nostalgia recuerda sus años como estudiante, donde disfrutaba estar en el patio y conversar con sus compañeros como una experiencia colectiva de construcción de sociedad,  donde las “ventanas” eran una oportunidad para compartir, “no una pérdida de tiempo como las ven ahora”. También recuerda a sus profesores como personas que le abrieron la mente, ofreciéndole nuevas formas de pensar y ver el mundo.

esterComo Psicóloga de la Universidad Diego Portales, ¿Qué es lo que más te ha servido en tu desarrollo profesional?

Yo diría que la experiencia universitaria en general. En esos años estudiar en la UDP era algo muy desafiante, porque el sistema de educación superior privado aún estaba en proceso de legitimación, así que nos tocó por un par de años la examinación de la Universidad de Chile.

Sin duda, lo que más me marcó fue entrar en un mundo de conversaciones y de conocimientos que cambiaron por completo mi manera de pensar, de ver el mundo y las relaciones. La disciplina de la psicología como paradigma para entender las relaciones sociales y los vínculos de la intimidad de las familias – y también aquellos que podían darse al interior de la psicoterapia-  se me presentó como un universo de ideas, que  eran profundamente políticas, en el sentido de una propuesta de sociedad.

Yo pienso que la mayor influencia tuvo relación con Domingo Asun, el fundador y director de la carrera en ese tiempo. Eran tiempos en que la identidad y la vida política estaban tejidas con la misma lana, entonces la escuela en que yo estudié era una escuela donde se pensaba mucho la sociedad y el modo como cada uno de nosotros era un sujeto cívico.

 ¿Qué recuerdos guardas de tus años como estudiante?

Tuve muy buenos profesores: Domingo Asún, Roberto Aceituno, Carlos Pérez Soto, Jaime Villegas, Jaime Alfaro, Claudio Greppi. Cada uno en su área fueron personas que abrieron mi mente, ofreciendo nuevas formas de pensar la realidad.  También recuerdo una experiencia de mucho estar en el patio, de mucha conversación con compañeros, de mucho esfuerzo en grupo, de pensar juntos.

¿Piensas que ha cambiado el perfil del psicólogo en el último tiempo?. De acuerdo a esto, ¿consideras que debe cambiar el tipo de formación a los alumnos de pregrado?

La sociedad ha cambiado muchísimo y el perfil del psicólogo se ha transformado también. Hoy tenemos una mayor diversidad de campos de trabajo, muy distintos unos de otros.

Pienso que siempre se necesita una formación de psicólogos con una capacidad para pensarse éticamente, como ciudadanos responsables de la construcción de comunidad. La forma de vida social que llevamos requiere psicólogos críticos de ciertas formas de organización de la vida cotidiana que atentan contra la calidad de vida, la salud y el bienestar de las personas y comunidades.

Creo que la formación es cada vez más técnica, orientada a la adquisición de conocimientos y herramientas técnicas, y va moldeando un pensamiento orientado al logro y a la efectividad. En mi experiencia, la formación universitaria ha ido perdiendo una cualidad primordial que es el espacio donde abrir, tensionar, generar diálogo y abordar conflictos, pensar las problemáticas sociales de maneras complejas y colectivas.

La formación se experimenta actualmente como una “carrera” individual, no como una experiencia colectiva de construcción de sociedad. Antes tener “ventanas” en el horario era una oportunidad para compartir, para organizarse, para pensar juntos. Hoy, la mayoría de los estudiantes considera esos espacios de agenda como pérdidas de tiempo, como “vacíos” que provocan malestar, porque son vividos como improductivos.

En ese sentido, la universidad como institución tiene diálogos internos que se orientan cada vez más a criterios como la empleabilidad, los que yo entiendo como la necesidad de cumplirle al estudiante la promesa de inserción en un mercado laboral exigente y cada vez más tecnificado. El pensamiento universitario también ha girado hacia lo individual, en una visión más fragmentada que promueve cada vez menos conversaciones sobre los procesos de construcción de sociedad.  Es urgente volver la mirada de la de la universidad sobre su responsabilidad como espacio de producción y reproducción de cultura.

Finalmente, ¿Cuáles son tus proyecciones de aquí a 5 años más?

Volver a estudiar, profundizar en algunos temas ligados al género y la realidad de las mujeres en Chile, investigar más.