Catástrofe en el norte: Psicólogos UDP realizan taller para funcionarios de la salud

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18 / 05 / 2015

A raíz de la emergencia en la región de Atacama, un equipo de la Facultad de Psicología realizó una intervención psicosocial y apoyo emocional a personal del sistema de salud en las zonas afectadas.

En 2010, luego del Terremoto y Tsunami que afectó a nuestro país, la Facultad de Psicología fue convocada por el Ministerio de Salud para elaborar una propuesta técnica cuyo foco fuera brindar contención y apoyo psicosocial a los funcionarios de salud pública en las zonas afectadas. Entonces la Facultad de Psicología UDP realizó más de 70 talleres con funcionarios de la salud de las regiones octava, sexta y metropolitana. En esa misma fecha, los académicos Juan Pablo Toro y Elisa Ansoleaga, participaron de la red de expertos en riesgo psicosocial convocada por el Instituto de Salud Pública (ISP) para traducir y adaptar el manual de formación en “Prevención y Autocuidado de la Salud Mental para Trabajadores Asistenciales en Situaciones de Desastre”, del North Carolina Center for Public Health Preparedness Training.foto_norte_350

Este año, a propósito de la catástrofe hidrometeorológica acontecida en la región de Atacama, el Ministerio de Salud convocó a la UDP y a la PUC, para proveer los servicios de contención emocional y apoyo psicosocial a sus funcionarios en la zona afectada.

En este contexto, y teniendo en consideración el material elaborado por el ISP, la Facultad de Psicología elaboró una propuesta técnica y conformó un equipo de profesionales y egresados compuesto por Lorena Contreras, Directora de la Clínica Psicológica UDP, las profesoras de la Carrera de Psicología, Ximena Mateluna y Daniela Carrasco, el egresado Andrés Kaltwasser y la investigadora del Programa de Estudios Psicosociales del Trabajo, Elisa Ansoleaga y el apoyo administrativo de Marcela Gallardo.

Entre el 14 y 19 de mayo se realizaron cuatro talleres en tres CESFAM (Centro de Salud Familiar) y un hospital de Copiapó y Chañaral para funcionarios y funcionarias de la red asistencial. Además de brindar apoyo emocional a funcionarios/as de salud, los talleres persiguen disminuir la probabilidad de que el estrés propio del trabajo en salud, en la situación de desastre, derive en daños para la salud mental de los funcionarios del sistema público de salud, así como también, buscan reconocer las potencialidades y debilidades de los equipos de salud de los establecimientos intervenidos, para proteger la salud mental del propio equipo y de la población a cargo. Elisa Ansoleaga, agregó respecto a la situación que, “en situación de desastre hay un aumento no sólo de la presión asistencial sino que también muchos de los funcionarios son también víctimas de la propia catástrofe, por lo que son funcionarios en una situación de alta vulnerabilidad para sufrir efectos nocivos en su salud mental y en su bienestar”, especificando que, “en un taller de tres horas no se resuelven las condiciones que genera una situación de catástrofe, ni se mejora el estado de ánimo de los funcionarios. Pero permite que se detenga el trabajo para compartir y reflexionar sobre lo que ha sido su experiencia en estas circunstancias, para reconocer los límites humanos, materiales e institucionales y también para conectarse con sus fortalezas como equipo de trabajo en situaciones adversas”.

Andrés Kaltwasser, Egresado de la Facultad de Psicología UDP, se refiere a su experiencia de la siguiente manera “Me parece muy relevante la integración de egresados en estos proyectos, pues esto permite una inclusión que ayuda a sentirnos parte de la comunidad Portaleana, más allá de los estudios. Además, esta participación habla de las ganas de la UDP por involucrarse con las necesidades del país, desde una perspectiva profesional y solidaria, que entiendo es una de las políticas de nuestra casa de estudios”.

Por otra parte, la profesora afirmó que “el personal de salud enfrenta cotidianamente riesgos para su salud mental, derivados de la naturaleza del trabajo que realizan y de las altas demandas emocionales del mismo. En situación de catástrofe, estos riesgos se intensifican y se les agregan otros nuevos, principalmente, el empeoramiento de las condiciones materiales en que se realiza el trabajo (…) y, los importantes problemas de planificación, información y comunicación, lo que impone constricciones al desempeño del rol”. A lo que Ansoleaga agrega, “como es conocido por todos, el trabajo en salud es muy desgastante bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, eso no se traduce en políticas y programas para que los trabajadores puedan tramitar adecuadamente esas demandas emocionales que les impone el trabajo. Eso en situación de catástrofe se extrema intensamente (…) en este espacio las universidades tienen un rol muy importante que jugar, y nuestra Facultad ha manifestado su compromiso y dedicación en estudiar y analizar en profundidad los efectos que el trabajo en salud tienen en el bienestar y en la salud mental de sus trabajadores. Más allá de la investigación, la Facultad ha diseñado programas de intervención en la materia, entre los que destaca, el desarrollo de las Clínicas del Trabajo, al alero de la Clínica Psicológica y el diseño del Programa de Intervención en Calidad de Vida Laboral ejecutado con el Hospital Luis Calvo Mackenna”.