30 / 01 / 2017
Luego de vivir en Londres, gracias a una beca CONICYT para realizar estudios de Magíster en Filosofía, Política y Economía de la Salud, está de vuelta en nuestro país con nuevos desafíos laborales, los que incluyen principalmente la investigación y la docencia, siempre ligada a temas de salud.
¿En qué trabajas actualmente?
Luego de haberme desempeñado como psicóloga clínica en distintas instituciones (Hospital San Juan de Dios, Red de Salud UC – Christus Health y Corporación Casa del Cerro) durante aproximadamente 4 años, el 2015 me adjudiqué una beca Chile – CONICYT para realizar estudios de magíster en Filosofía, Política y Economía de la Salud en UCL, Londres. Recientemente volví a Chile y me incorporé como psicóloga clínica part – time de la Red de Salud UC – Christus Health en la unidad de psiquiatría de enlace y medicina psicosomática. Además, como parte de mis objetivos para el proceso de reinserción laboral en Chile, espero poder dedicar parte de mi jornada laboral a la investigación y la docencia.
¿Cuál ha sido el aporte de la Escuela de Psicología UDP en tu desarrollo profesional?
Pienso que la principal fortaleza de la formación que recibí en la UDP, que me ha permitido desempeñarme exitosamente en diversas ambientes laborales y académico, fue la combinación balanceada entre una formación teórica en el desarrollo del pensamiento crítico y la autonomía que potencia a sus estudiantes. Estos elementos claves me permitieron desarrollar las herramientas necesarias para construir mi propio camino en una profesión que demanda cada vez más la diferenciación entre profesionales.
¿Qué recuerdos tienes de tu paso por la Escuela de Psicología UDP?
Cuando entré a la universidad nunca pensé que me gustaría tanto estudiar, pero la experiencia que tuve en el curso de historia de la psicología de primer año, dictado por la profesora Adriana Kaulino en esa época, hizo que me enamorará no sólo de la psicología como disciplina sino también de una forma de leer, estudiar y pensar. También recuerdo con especial cariño los 8 cursos de investigación que tenía mi malla. Estos cursos fueron un excelente espacio para además de aprender a investigar por supuesto, desarrollar mis intereses y descubrir temas que me apasionan hasta hoy y sobre los que he vuelto a pensar en distintos contextos y espacios tanto académicos, como profesionales. Disfruté intensamente los 5 años de carrera, tanto así que luego de titularme seguí cerca de la escuela por unos años trabajando como ayudante.
¿Crees que el perfil del psicólogo ha cambiado en las últimas dos décadas? De ser así, ¿debe haber un cambio en lo que se enseña a nivel de pregrado?
Desde mi experiencia profesional, pienso que uno de los aspectos que ha cambiado en el perfil del psicólogo es su nivel de inserción en la entrega de servicios públicos de salud. Hoy la mayoría de los programas y equipos de salud en contextos hospitalarios cuentan con psicólogos, sin embargo su rol no siempre es del todo claro. Si bien el diseño de los programas de salud debe trabajar para mejorar esto, pienso que la formación de pregrado también puede aportar en este proceso a través de la entrega de mejores herramientas para discernir dónde, cuándo y cómo corresponde ofrecer psicoterapia, y a través de la incorporación de nuevos espacios para el desarrollo de herramientas clínicas propias del área de la psicología de la salud.
Finalmente, ¿Cuáles son tus proyecciones de aquí a 5 años más?
Dado que estoy en un período de ajuste luego de haber vivido un año en Londres y haber aprendido cosas totalmente nuevas, que aún no tengo total claridad respecto de hacía donde me llevarán, es difícil imaginar mis proyecciones de aquí a 5 años. Sin embargo, puedo decir que por ahora tengo gran interés en fortalecer mis posibilidades de continuar una carrera que complemente la clínica con la academia y la investigación, específicamente en el área de la salud, por lo que estoy evaluando la posibilidad de realizar estudios de doctorado en el mediano plazo.